Fecha: 2018-10-01 02:52:41


Una niñez sin presupuestos


Continúan en estos días los debates de comisiones y las negociaciones de pasillos entre los operadores y cabilderos “del cambio” por el presupuesto 2019. El partido de gobierno busca darse una ley que le permita una gobernabilidad ficticia que siga favoreciendo el saqueo.

Por Facundo Barrionuevo

Continúan en estos días los debates de comisiones y las negociaciones de pasillos entre los operadores y cabilderos “del cambio” por el presupuesto 2019. El partido de gobierno busca darse una ley que le permita una gobernabilidad ficticia que siga favoreciendo el saqueo.

Mientras tanto, en el país que nos dejaron, los invisibles intentan parar la olla aunque vengan degollando. Los nadies, que cada vez son más, siguen esperando “que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte”, como decía Galeano.

Los primeros análisis que se dejan ver, plantean una caída económica aún más estrepitosa que la que ya nos tiene acostumbrados hace años esta ley, que cada año, alumbra el desencanto.

Los dibujos financieros de estas horas, tienen el objetivo de oficializar las subejecuciones del 2018 y los recortes inmorales del año entrante. El cálculo de una inflación que cada vez es más incierta se ríe a carcajadas de los aumentos nominales en algunas áreas.

En términos reales para toda la economía, se estipula una caída del 0,5 % de toda la actividad. La deuda actual es de casi 300 mil millones de dólares, tres veces más que la del default del 2001. Todo gira alrededor de los cumplimientos de pagos de sus intereses. El único valor que aumenta es el incremento del 82% a los pagos de la deuda. El sistema del coloniaje avalado por los socios de adentro.

El pago de la deuda representa: cinco veces el de salud, dos veces y media el de educación y cultura, y es cinco veces y media mayor con relación a la AUH.

Todas las áreas caen en sus presupuestos. Por ejemplo, una caída real del 4% en salud, 4,2 en desarrollo social, 15,7% en educación y cultura. Sedronar, la secretaría a cargo de toda la tarea relacionada a consumo problemático de sustancias y adicciones, tiene una caída de casi el 18% en términos reales.

En el país del nunca jamás, no habrá dinero para la vetusta infraestructura escolar que se cobró dos vidas docentes en Moreno y día a día erosiona la dignidad niña, pero sí la hay para trasladar mil seiscientos millones de pesos al área de seguridad. Habrá menos vacunas, cero política destinada a las famosas soluciones habitacionales, menos actividad cultural y deportiva, y tantos otros recortes. La bicicleta financiera se paga con el cuero de los pibes y de los viejos.

Judith Butler plantea la idea de desposesión como un fenómeno del poder colonizador del capital que tiene la potencia de crear colectividad transformadora (aunque no ya bajo la forma de la “posesión” liberal individualista). La presencia desposeída de lxs desheredadxs de nuestra tierra, grita en plazas, calles, movilizaciones y festivales, comedores comunitarios, hogares de niñxs, colectivos militantes, que otro pueblo es posible, otra economía, otros vínculos, otra tierra y otro cielo.

El presupuesto que queremos, es el pre-supuesto de que la niñez crezca libre, y que lxs pibes aparte de entendidos como sujetos de derecho, también sean entendidos como sujetos y sujetas políticos.

Es un desafío para la casta política pero también para las organizaciones comunitarias y sociales. Los pibes al micrófono, tomando decisiones, pero no con demagogias sino fundamentalmente poniendo en el centro de la mesa sus intereses y crecimiento pleno. Sólo de esa manera habrá futuro.

Fuente: Agencia Pelota de Trapo