Fecha: 2018-11-08 02:24:30


Una receta para el desastre


Cada vez más deuda, y cada vez más cara. Esto termina mal

Estoy de visita en Irlanda por unos días, donde emprendo una rutina agradable. Leo y escribo por la mañana. Por la tarde, trabajo cerrando los extremos abiertos de nuestro antiguo granero. 

Hemos hecho mampostería de piedra en Francia, Argentina y ahora aquí. Es lo mejor que hay. 

Las piedras aquí son más rectangulares y más fáciles de dividir. El único problema es que estamos trabajando en un andamio. Y mientras que las piedras son fáciles de colocar, es difícil llevarlas a donde estamos trabajando... 

Cuando el sol se pone, estamos agotados... y yo ansioso por volver a mi laptop. 

Así que echemos un vistazo a las operaciones de estos últimos días... 

Vendiendo
El mercado de valores comenzó el martes con una perspectiva positiva. Cuando miramos temprano en la mañana, vimos verde. Pero al mediodía, el Dow comenzó a caer. Había caído más de 400 puntos en un momento. 

Luego, al final del día, los inversores encontraron sus perros interiores, gatos y otros espíritus animales, y modificaron los precios un poco. Pero el Dow igual terminó el día con 245 puntos de pérdida. 

Esa fue una mala noticia para los veteranos. Dejó el índice por debajo de los niveles técnicos, como el promedio móvil de 200 días, lo que provocó que sudaran. 

¿Qué está pasando? ¿Por qué tanta volatilidad? ¿Qué sigue? 

La gente necesita una explicación. El trabajo de los medios es entregársela. Y cuanto más simple, mejor. 

Así que los noticieros miraron alrededor buscando una causa. Más barreras comerciales, dijo uno. Violencia en América, dijo otro. Trump, dijo un analista. La Fed, contrarrestó un economista. 

Ninguna de estas explicaciones es muy desafiante. De hecho, todos permiten a los espectadores culpar a alguien que no sea ellos mismos, que es el objetivo de todos los medios de comunicación y de la discusión política. 

Los comentaristas podrían haber ofrecido esta explicación: 

“Lo que pasa es que fuimos unos tontos... gastamos demasiado... nos endeudamos demasiado... y caímos en esta absurda trampa que nos vienen tendiendo durante los últimos 30 años”. 

Nuestro trabajo aquí en el ContraEconomía no es culpar a nadie, sino simplemente tratar de entender lo que está pasando. Día tras día, los medios de comunicación nos traen más trampas. ¡Apenas podemos mantener el ritmo! 

Fuente: Contraeconomía