Fecha: 2019-04-15 04:28:17


REVELACIONES. Ahora quedó claro: tenemos un gobierno de ocupación al servicio del extranjero


Carlos Barragán me cae muy bien. Porque conserva la sensibilidad y las emociones que las buenas personas tienen a los 14 años, como Mick Kelly en El corazón es un cazador solitario.

Carlos Barragán me cae muy bien. Porque conserva la sensibilidad y las emociones que las buenas personas tienen a los 14 años, como Mick Kelly en El corazón es un cazador solitario. Algo muy infrecuente entre los periodistas varones y poco frecuente también incluso en las colegas mujeres. Sentimientos que a veces llegan como latigazos fulgurantes, pero que enseguida se encapsulan, pues haber sobrevivido a las desapariciones y a la enfermedad, y curtirte en este vapuleado oficio ha tenido consecuencias: uno ya no se cuece al primer hervor y aquellos avatares te  han revestido de una coraza que por momentos amenaza helarte el corazón. Tengo para mi que Barragán expresa los sentimientos de muchos. Que es como un chamán sanador al expresar los sentimientos mas profundos de la nuestra tribu: estos tipos son la infantería de marina de una invasión tan destructora como la que arrasó Libia y Siria, constituyen un gobierno de ocupación, un grupo de tareas especializado en el asalto y arrasamiento de todo lo que queremos, comenzando por nuestra historia. Macri lo dijo: la independencia fue un hecho angustiante que debió llenar de congoja a nuestros próceres, los que son prolijamente reemplazados en una moneda nacional en franco proceso de extinción, medida que Marcos Peña — no yo ni Carlos– dijo que era la que mejor simbolizaba las politicas que están impulsando. Malditos sean.

Deben irse

POR CARLOS BARRAGÁN

Asistimos hoy a un hecho insólito: un juez contándoles a los diputados que no hay más política en la Argentina. Ese es el hecho. Porque D´Alessio, Stornelli, Santoro y demás son anécdotas, personajes menores. No es el periodismo el problema principal, por más que nos entusiasmen las pruebas de que Santoro es lo que es. Ni siquiera es el poder judicial, al que todavía no aprendimos a llamarlo por su nombre y le decimos “Justicia”. No son los fiscales y los jueces mafiosos. Es la política.

Cuando empezó 2016 me dijeron que “habían bajado los servicios”. Varias veces escuché esa frase con el mismo modismo: bajaron los servicios. La comprensión de ese hecho que parecía ser apenas un acompañamiento de otra cosa terminó por completarse ahora. Este gobierno no gobierna, sus jueces no imparten justicia y sus legisladores no legislan. Todo eso lo hacen otros o lo hacen para otros.

Apenas asumido este gobierno muchos percibimos –lo sentimos en el estómago- que se trataba de un gobierno de ocupación. Y ahora están las pruebas, no fue una sensación. Poderes extranjeros y supranacionales con algunos personajes protagónicos y muchos extras contratados asaltaron el Estado Argentino. Ya no hay especulaciones ni hay que sacar conclusiones con indicios sutiles: todo está a la vista. Macri y su grupo de asalto deben irse. No sé cómo. Tampoco sé cuántos políticos entienden la profundidad del problema. Macri y su grupo de asalto deben irse porque no conforman un gobierno argentino, son infiltrados y ya no necesitamos pruebas para decirlo porque las pruebas están en un juzgado de Dolores y a esta altura también saturan las redes sociales. Macri y su grupo de asalto deben irse. Porque los argentinos tenemos derecho a elegir un gobierno argentino, y ningún otro país ni organización turbia tiene derecho a presentarse como una opción democrática. No son una opción democrática, nunca lo fueron. Son los enemigos de la Argentina y sus instituciones, enemigos del pueblo que los votó y a quien le quitan la riqueza. Macri y su grupo de asalto deben irse porque ya no podemos seguir jugando a la democracia con ellos. Porque ellos nunca jugaron a la democracia, vinieron a matarla.

(Leído en el programa “Los únicos privilegiados” que se emite por FM La Patriada)

Fuente: pajarorojo.com.ar