Fecha: 2019-05-23 13:20:57


GOOGLE – HUAWEI: EEUU se está dando un tiro en el pie


La decisión de EEUU romperá el monopolio de facto que ejerce Google en los sistemas operativos móviles. Y esto puede ser una buena noticia. Los expertos señalan que EEUU se está dando un tiro en el pie: está forzando a los chinos a hacer una versión alternativa a la dominante de Google, de modo que se genere un importante mercado con móviles sin G

La guerra comercial entre EEUU y China se está convirtiendo en una auténtica escalada. Una de las últimas consecuencias es la suspensión por parte de Google de una importante porción de su negocio con Huawei tras la inclusión de esta compañía en la ‘lista negra’ estadounidense de empresas que suponen una «amenaza para la seguridad nacional». Se demuestra una vez más el riesgo que supone dejar en manos de empresas de otros países elementos esenciales de un producto, como el software, de tal forma que una decisión de la Casa Blanca puede terminar perjudicando a ciudadanos de todo el mundo.

Esta decisión de la Administración Trump, que ataca directamente a la próspera división de teléfonos móviles del fabricante chino, supone que Huawei pierde el acceso a la mayoría de las transferencias del gigante estadounidense: sus móviles, a partir de ahora, dejarán de tener acceso a Google Mobile Services, la plataforma que aglutina los servicios del gigante estadounidense como Google Play Store (la ‘tienda’ de aplicaciones), el cliente de correo electrónico Gmail, la aplicación de YouTube y el navegador Chrome para móvil: los nuevos teléfonos no podrán llevar esas ‘apps’.

La empresa asiática, eso sí, aún tendrá acceso a la versión libre de Android a través de licencias de código abierto, disponibles para cualquiera que quiera usarlas. De hecho, Huawei tiene desarrollado un sistema operativo derivado basado en Android; la instalación de este sistema, que ya no dependería de Google para nada, podría generar todo un mercado alternativo mundial: no olvidemos que la compañía china logró colocar el pasado año en todo el mundo nada menos que 200 millones de dispositivos móviles.

«Si dependes de un proveedor que está en un país y se somete a sus reglas, y mañana ese país se enfada con el tuyo por la razón que sea, pues tienes un problema», comenta a Público, en conversación telefónica, el abogado especializado en tecnología David Maeztu.

Este caso es el ejemplo perfecto que muestra cómo la dependencia de terceros radicados en otros países puede convertirse en una vulnerabilidad para el negocio de gigantes tecnológicos (entre otros muchos problemas), pero también cómo el ‘software’ libre puede suponer una garantía frente a determinadas decisiones políticas.

«Lo bueno del ‘software’ libre es que compañías desarrollen productos propios basándose en lo que otros ya han hecho, es decir, uno no tiene por qué empezar de cero, y además todo ese trabajo nuevo se aporta a la comunidad», recuerda el citado experto.

La importancia del Software Libre, si un gobierno obliga a una empresa a algo, el tener el código fuente y permiso para modificarlo te da otras opciones.

Efectivamente, el punto fuerte de Android es que su base es ‘software’ libre, lo que va a permitir a Huawei reaccionar mejor que si tuviese que crear un sistema operativo desde cero. «Lo que es bueno para ti se convierte en algo bueno para la comunidad, lo que además extiende la estandarización, los sistemas se vuelven más interoperables, y si mañana un gobierno toma una decisión como la que ha tomado EEUU, el impacto puede ser menor».

La capa básica de Android cuenta con licencias Apache y GPL, comenta Maeztu, que apunta que el principal problema que va a tener Huawei va a ser el quedarse sin acceso a las aplicaciones de Google. «Pero es que los teléfonos ya funcionan sin ellas», afirma, y aventura: «Imaginemos que un fabricante como Huawei se mete a saco con la distribución».

«Que la decisión de un país pueda afectar a consumidores y ciudadanos de otros países, pues que parece que redefine un poco las reglas de la gobernanza global: EEUU puede obligar a Google a hacer determinadas acciones por el hecho de estar radicada allí», razona Maeztu, que apunta: «Igual deberíamos ir pensando en ir avanzando hacia sistemas más abiertos, y que internet sea lo que era: gente que volcaba conocimiento y libertad para usarlo».

Todo este movimiento puede suponer, en un futuro no muy lejano, la ruptura del monopolio ‘de facto’ que ejerce Google en los sistemas operativos móviles. Y esto puede ser una buena noticia.

Soberanía tecnológica

Para el abogado especializado en internet y doctor en filosofía Javier de la Cueva, un histórico defensor del ‘software’ libre, en el caso de Google y Huawei «existe una cuestión de soberanía tecnológica que está íntimamente ligada a la libertad de competencia: en el momento en el que viene desde fuera una disposición estadounidense en la que se establece es una prohibición de competencia precisamente a través de un código, lo que se está haciendo es beneficiar a una serie de productos frente a otros».

«Como siempre, la pregunta que hay que hacerse es: ¿a quién beneficia todo esto? o bien, ¿quién se lleva el dinero?», se pregunta De la Cueva, para quien estamos ante «una acción teledirigida económicamente, eso es evidente, aquí lo que realmente importa es el dinero». «La Unión Europea, por cierto, tendría que verificar si esa decisión atenta contra el libre mercado, para empezar», añade: «Y yo creo que sí».

Este letrado denuncia, además, que la acción «demuestra cómo, precisamente a través del código, lo que se está haciendo es montar una normativa en sí; es decir, cuando impido realizar una serie de actualizaciones lo que hago es que, mediante el propio acceso a ese código, expulso a un actor del mercado».

De la Cueva realiza una interesante reflexión sobre el código abierto. «La base de internet mismo, lo que realmente hizo que estallase la revolución de la Red, fueron los Request for Comments (RFC), que son de licencia libre. Internet es la obra de propiedad intelectual libre más grande y relevante de la historia, como ninguna otra obra propietaria».

«En un momento dado», añade, «Google se hizo con el kernel de Linux, y usó ese núcleo para montar un sistema operativo —Android—que atrapa a los consumidores; lo que vemos aquí es que hasta qué punto cualquier sistema libre puede ser utilizarse para el mal». «Todo esto muestra cómo Google ya estaba usando ese sistema libre para cooperar en la sociedad de control en la que vivimos —nos prometieron la sociedad del conocimiento, nos han devuelto la sociedad del control—, y muestra también que esa sociedad del control existe realmente, no sólo sobre los individuos sino también sobre las empresas».

«Es interesante lo que está pasando porque, de alguna manera, obliga a Huawei —no olvidemos que también es un gigante— a hacer un fork o bifurcación (un proyecto derivado de otro que usa el código fuente del proyecto ya existente).», comenta este experto, que añade: «A largo plazo, EEUU podría estar dándose un tiro en el pie: está forzando a los chinos a hacer una versión alternativa a la dominante bajo la batuta de Google, de modo que se genere un importante mercado con móviles sin Google». Un ejemplo de un sistema derivado que es libre es LineageOS.

«Y oye», ironiza De la Cueva, «nos vendría muy bien a muchos, en concreto a los parlamentarios españoles que llevan en sus bolsillos móviles con aplicaciones que envían su geolocalización a servidores de compañías estadounidenses: ¿Cómo es posible los representantes de la soberanía popular están cediendo sus datos a Google? ¿Estamos locos?».

Para este jurista, «hay una oportunidad para poner en valor no la tecnología china o la estadounidense, sino la ‘tecnología ciudadana’: a lo mejor esto produce un impulso en los grupos de desarrollo de ‘software’ libre, ya que bajo el paraguas del código libre puede entrar cualquier tipo de agente».

«No sabemos las consecuencias que puede tener todo este movimiento, pero sí sabemos que lo que pasaba hasta ahora no era asumible: la situación de monopolio ‘de facto’ a la que estábamos entregados tanto con Google (Android) como con Apple (iOS)», afirma, y concluye: «A lo mejor, todo esto que está pasando es hasta bueno».

El origen de todo esto

La guerra comercial entre las dos primeras superpotencias del mundo tiene varias patas, y esta última medida en forma de sanciones es sólo una ramificación de una de ellas: la batalla por el despliegue de la tecnología 5G en Europa.

«De momento, no se han aportado pruebas de que el gobierno de China hace lo mismo que el gobierno de EEUU», comenta irónicamente David Maeztu, que añade: «No sabemos si EEUU acusa a las empresas chinas de espiar, o de que no les da la información que obtienen al espiar».

Visto con un poco más de distancia, lo que está en juego es el dominio de la tecnología móvil durante las próximas décadas. Y si por el camino se rompen uno o dos monopolios, o se consigue concienciar a uno o dos políticos, quizá deberíamos aprovecharnos de ello.

Pero ¿qué pasa si ya tengo un móvil Huawei en mis manos?

Aplicaciones :Quienes ya tengan un teléfono Huawei en funcionamiento van a poder utilizarlo con normalidad, de momento. Es decir, pueden usar y actualizar las aplicaciones que ya tengan en el dispositivo. No obstante, no van a poder descargar nuevas aplicaciones a través de Google Play.

Además, los usuarios de teléfonos Huawei existentes seguirán teniendo cobertura de Google Play Protect. Se trata de un detector de ‘malware’ que usa técnicas de aprendizaje automático para detectar y eliminar aplicaciones no autorizadas.

Sistema operativo: El sistema operativo es lo que realmente hace funcionar el teléfono. Huawei usa Android, auspiciado por Google, pero que en realidad se basa en un proyecto de código abierto.

Parece claro que Huawei no podrá usar la versión completa de Android proporcionada por Google en sus futuros teléfonos: Google dejará de proporcionar a Huawei acceso, soporte técnico y colaboración que involucre a sus aplicaciones y servicios patentados en el futuro.

En un comunicado, Huawei asegura que ha hecho «contribuciones sustanciales» al desarrollo del sistema operativo Android y que ofrecerá actualizaciones de seguridad y servicios posventa a todos sus equipos, informa Efe.

Las actualizaciones tanto de las aplicaciones como del sistema operativo son sumamente importantes, dado que una gran parte de ellas solucionan errores de seguridad a veces críticos.

Fuentes de Google afirman que Huawei podrá proporcionar actualizaciones de seguridad una vez que estén disponibles en Android Open Source Project (AOSP), la plataforma de desarrollo del sistema operativo de código abierto, mientras desarrolla su propia infraestructura de actualización. La compañía indica, en el comunicado, que continuará proveyendo actualizaciones y servicios posventa a todos sus equipos, tanto «a los que ya se han vendido como a los que están aún en almacenamiento».

¿Me compro uno?

Los futuros dispositivos Android de Huawei dejarán de tener acceso a Google Mobile Services, la plataforma que aglutina los servicios del gigante estadounidense como Google Play Store (la ‘tienda’ de aplicaciones), el cliente de correo electrónico Gmail, la aplicación de YouTube y el navegador Chrome para móvil: los nuevos teléfonos no podrán llevar esas ‘apps’.

Y esto supone todo un un revés importante para Huawei, cuyos teléfonos se quedarían sin el aliciente clave de tener acceso a las principales aplicaciones para descargar fuera de China. Eso, unido a la previsible interrupción de componentes clave para su fabricación —los fabricantes de chips, incluidos Intel, Qualcomm, Xilinx y Broadcom, han cerrado el grifo de suministro de ‘software’ y componentes críticos a Huawei hasta nuevo aviso, informa Bloomberg—, probablemente conlleve un desplome en las ventas.

Sin embargo, estamos hablando de uno de los mayores fabricantes del planeta. Según recuerda Techcrunch, la compañía parece que tiene un plan B: recientemente, un ejecutivo de la compañía reveló que ésta había construido su propio sistema operativo basado en Android en caso de se diese una situación como la actual.

Incluso podrá ya estar desarrollada una tienda de aplicaciones propia pero, tal y como apunta esta publicación especializada, el problema será convencer a los desarrolladores de aplicaciones para que suban sus productos a la tienda propia de Huawei y gestionar sus actualizaciones.

Fuente: http://pajarorojo.com.ar