Fecha: 2019-08-12 04:20:36


La crisis de Macri no fue por salir del cepo


Trump anuncia que subirá los aranceles a China. China devalúa el yuan. El dólar sube en Argentina. Y a pocos días de las PASO, el miedo vuelve a apoderarse de todos.

Hace unos días un amigo cercano me preguntaba: “¿Qué pensás que va a pasar con el dólar? Tengo que comprar un auto y no sé si vender ahora o esperar a la semana que viene". 

La respuesta a esta pregunta siempre es difícil porque depende del objetivo de quien decide. A fin de cuentas, ¿qué querés, comprar un auto o hacer un negocio financiero? Por otro lado, si los dólares los tenés ahorrados desde que costaban $ 17… un movimiento de uno o dos pesos no te va a cambiar la vida, ¿no? 

Como sea, que el dólar se mueva acá producto de lo que pasa en China parece misterioso. Y a muchos les hace pensar que eso de estar “integrados al mundo” no está tan bueno, después de todo. 

Algo de esto me recordó el candidato a presidente Roberto Lavagna en una entrevista que dio a C5N. Lavagna trajo a mi memoria un argumento que ya he escuchado una y mil veces, pero que creo que está totalmente fuera de foco. 

De acuerdo con Lavagna, con su hijo, y también con muchos economistas del kirchnerismo, el gran problema de la economía de Macri es la “liberalización total de los movimientos de capitales”

En resumidas cuentas, se sostiene que dado que los inversores tienen total libertad de invertir adentro del país o “llevársela afuera”, esto se ha convertido en una “timba financiera” y que si bien durante el 2017 todo anduvo bien, en 2018 pagamos la consecuencia de este “exceso de libertad”

La conclusión lógica de todo esto es que salir del cepo, eliminando todo tipo de restricciones al movimiento de capitales fue un error. Ergo, algo similar al cepo (nunca se aclara qué cosa) debería volver a introducirse. 

A continuación, intentaré derribar este erróneo argumento. 


La movilidad de capitales en una empresa
Cuando los economistas hablan de la cuenta financiera del balance de pagos se están refiriendo al registro de las transacciones de activos y pasivos que ocurren entre residentes de un país y personas del exterior. 

Si un estadounidense compra un bono argentino, por ejemplo, está adquiriendo un activo nacional, mientras que el emisor del bono está emitiendo un pasivo. En dicho proceso entran divisas al país que luego deberán devolverse, una vez que haya que pagar la deuda. 

Viéndolo de este punto de vista es positivo que la cuenta financiera esté abierta, porque permite a los argentinos financiarse con ahorro de afuera. 

Lo mismo ocurre en una empresa. Las empresas en general tienen libre movilidad de capitales. En la medida que necesitan financiamiento, buscan seducir a los inversores, convencerlos de los rendimientos que tendrán sus proyectos y llevarlos a que finalmente inviertan allí su capital. 

Una forma de inversión en las empresas es la compra de sus acciones en la bolsa. Cuando un inversor compra una acción, invierte en ella pero con la posibilidad de vender la acción en el momento que lo crea conveniente. Si el inversor, después de haber comprado acciones, dejara de ver un futuro promisorio en los proyectos de la compañía, entonces buscaría sacarse de encima las acciones. 

Ahora si esta extremadamente libre movilidad de capitales fuera tan mala, ¿cómo se explica que todas las grandes compañías del mundo se desesperen por cotizar en la bolsa? ¿Cómo se explican que las que cotizan en bolsa ofrezcan a sus inversores la posibilidad de entrar y salir en el momento que quieran? 

La respuesta a la pregunta anterior es sencilla. Si existe libre movilidad de capitales, las barreras de entrada para recibir a inversores serán mucho más bajas. Y como en definitiva la decisión de quedarse o irse depende de la viabilidad de los proyectos que se emprenden, entonces las empresas se la juegan. 

Piensan: “Si yo hago las cosas bien, ¿por qué mis inversores desearían vender mis acciones?”. 


No es el cepo, es el déficit
Aplicando la misma lógica al plano de la economía nacional en su conjunto, ¿cuál sería el problema de que un inversor nacional o extranjero tenga la posibilidad de comprar y vender, cuando quiera, activos argentinos? 

La realidad es que ninguno

Menos aun si se hacen las cosas bien. ¿Pero qué quiere decir eso? 

En Argentina durante 2016-17 hubo un enorme ingreso de capitales que vino a financiar el déficit fiscal del gobierno. El aumento de la deuda pública, de hecho, se explica principalmente porque durante los primeros años del gobierno de Macri, el déficit no solo no se achicó, sino que creció. 

Ahora bien, los acreedores compraban esos bonos como los inversores compran acciones de una empresa. Esperaban que el gobierno corrigiera el déficit, hiciera cambios profundos y el país comenzara a crecer. 

Sin embargo, después de un tiempo de inacción fiscal y de ver que las reformas que le dan productividad a la economía no se hacían (baja de la presión tributaria, reforma laboral, o apertura comercial), comenzaron a dudar. 

Si a eso le sumamos el 28 de Diciembre, cuando el gobierno intervino en la independencia del Banco Central, y un clima financiero global que se puso “más complicado”, entonces se entiende que esos inversores perdieran rápidamente la confianza. 

Pero como se observa, el problema no fue eliminar las restricciones, sino no resolver los problemas de fondo de la economía. 


La libertad no genera crisis
De hecho, con restricciones no nos fue mucho mejor. Si se mira lo que ocurrió cuando la Argentina tenía cepo, se observa que el país atravesó nada menos que dos recesiones, una en 2012 y otra en 2014. 

En ambas cayó el poder adquisitivo del salario y subió el desempleo y la pobreza. 

Es decir, los problemas de Argentina no se van a solucionar con cepos o controles a la libre movilidad de capitales. 

Se van a solucionar cuando los gobiernos aprendan a gastar por debajo de lo que recaudan, bajen los impuestos y liberen mucho más a la economía.

Fuente: Contraeconomía