MACRI DEBE RENUNCIAR. En vendetta por la catástrofe electoral, lidera el saqueo que arrasa la Nación

Y se fue, él mismo, el muy atorrante, a la cama, murmurando que, más allá de “una mala elección”, aquí no ha pasado nada. Y no se levantó temprano para reunirse con su gabinete y/o decretar un feriado bancario o, al menos, cambiario. No, para nada: dejó que se ejecutara su secreto Plan B, la venganza contra la negritud y la voluble clase media, el saqueo por parte de los amigos millonarios que, como el ministro Dujovne, tienen casi toda su platita en dólares y en guaridas fiscales. Una manga de sátrapas que vendieron dólares a casi 65 pesos y los recompraron a 54 en un tris, cosa de horas por no decir de minutos. Sobre llovido mojado, aplastó a quienes hace mucho que no llegan a fin de mes, y se desesperarán para llegar a éste y a los próximos fines de mes.

Al lado de este «Dream Team»  hasta los militares británicos de las invasiones de hace más de dos siglos aparecen como benevolentes con los criollos, autóctonos y aborígenes. Macri y su banda son como los «Ellos» tan bien descriptos por Oesterheld. Voraces, insaciables depredadores.

En este contexto, lo mejor es que Macri y la boba que tiene como vicepresidenta renuncien; que Federico Pinedo asuma como presidente provisional, convoque a Alberto Fernández y a Roberto Lavagna a organizar un plan de contingencia y llame a elecciones generales en el más breve plazo posible. Y es que salta a la vista que no es posible esperar a octubre, si es que pretendemos que la devastación no sea completa y la Argentina quede arrasada, convertida en un yermo, un erial.

En lo inmediato urge una recomposición inmediata de los salarios, jubilaciones y pensiones lo menos del 20%. Y un fuerte control de precios para que éstos no se trasladen a los consumidores. Esto no lo va a hacer un Macri deseoso de vengarse de quienes lo hemos despedido.

Sefiní. Game over.