Fecha: 2020-02-20 02:39:27


UNA AGENDA CONSTRUIDA A LOS GOLPES


El país entra en una etapa de definiciones. Son tiempos de unidad movilizada.

Luego, la verdad,

que es restregarse con arena el paladar.

(Afiches, tango de Homero Expósito y Atilio Stampone.)

 

El 2,3% anunciado por el INDEC como índice de la inflación del mes de enero produjo un efecto balsámico en la agenda cotidiana de los trabajadores. La primera medición de la era Fernández es la mejor tras seis meses de escalada inflacionaria y establece un nuevo contexto en la discusión precios y salarios. Resolver la cláusula gatillo con mecanismos no indexatorios solo lo puede hacer un gobierno que goza de credibilidad, acordando con dirigentes sindicales libres de ataduras con la derecha opositora. Las reuniones de esta semana con Hugo Moyano y Héctor Daer de parte de Alberto Fernández marcan la centralidad de esta preocupación. La dureza verbal del barrionuevista Carlos Acuña (“No veo que se preocupen mucho por la deuda interna”) marca por contraste la contradicción de la cúpula cegetista. La CTA de Hugo Yasky sigue pugnando por la unidad necesaria para la remontada del cráter en que Macri dejó el país en tiempos de la resistencia. Si el tema de la cláusula gatillo funciona, en los primeros meses no será el problema central.

Los nuevos gobernantes buscan apagar los incendios exigibles de una sociedad en crisis tras la tierra arrasada macrista, y reconocen que el centro de su estrategia pasa por procurar un acuerdo económico de precios y salarios entre gremialistas y empresarios de todos los colores, aunque más no sea a partir de acuerdos temporarios para el primer cuatrimestre del año, mientras la sociedad matiza la espera de un acuerdo marco con el Fondo Monetario Internacional. Parece difícil que el chancho chifle sin que haya premios por la obediencia.

Con la espada de Damocles de la deuda externa buscando condicionar el rumbo cuando el gobierno apenas despunta su andar, el Frente de Todos no pudo evitar las rispideces a partir de la desafortunada frase de Santiago Cafiero negando la existencia de “presos políticos”. Más que obligar a la intervención de las células dormidas del Poder Judicial, sus palabras despertaron la solidaridad social contra la burda prisión preventiva de opositores de la talla de Milagro Sala o Amado Boudou, y golpearon el cuerpo del Ejecutivo aunque la responsabilidad evidente sea de la corporación de jueces, muertos y suplentes incluidos.

 

 

La teoría del caos

Según el diario La Nación, el camionero Hugo Moyano sostuvo que las paritarias “son libres y sin techo”. El incremento para el SiChoCa del último semestre de 2019 fue de 23% y ya acordó un 26,5% para los próximos seis meses. El gremio consiguió una suba anual de 49,5%, sin contar el bono de $20.000 acordado a fin del año pasado. La idea de liquidar las cláusulas gatillo no es un dogma moyanista por ahora. “Llegamos al 50% y se quieren matar”, dijo Moyano padre en el festejo por la firma de su paritaria. La dinámica de lo impensado llevó a su hijo Pablo a visitar al presidente Nicolás Maduro en Venezuela. El vicepresidente primero de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte estuvo con sindicalistas y diputados venezolanos. Tuvo foto y breve discurso ante Maduro, quien lo recibió como un amigo. “Estamos contentos por haber sido recibidos por usted y el pueblo bolivariano. Nosotros peleamos contra el régimen de derecha y no solo lo hemos derrotado en las calles sino a través de las urnas, porque la realidad está en las calles con gente trabajando y resistiendo”. Una finta que nadie esperaba tras las duras declaraciones de la Cancillería argentina contra el régimen chavista.

Pablo Moyano y Nicolás Maduro.

Roberto Baradel, secretario general de los maestros bonaerenses y otro de los imprescindibles a la hora de sentar precedentes, señaló que “la cláusula gatillo durante el macrismo sirvió para impedir que nos bajen el salario respecto a la inflación, pero ahora nosotros vamos por más y queremos ganarle a la inflación. A este gobierno le vamos a exigir más de lo que le exigimos a Vidal porque estamos convencidos de que este gobierno, en la tensión entre pagar la deuda externa y cumplir con la deuda interna, tiene que favorecer a los trabajadores. Cuando hay un gobierno que escucha y da respuestas, no debería haber problemas”. Sin embargo, sostuvo que afirmar que se van a iniciar con normalidad las clases sería “hacer futurología”, reseñó en ámbito.com el periodista Mariano Martín. Entretanto, el gobierno porteño faltando quince días para las clases no hizo oferta dineraria en la paritaria capitalina, denunció Eduardo López, de UTE.

Los mecánicos del SMATA cerraron 2019 con un incremento salarial de 52,9%, apenas un punto por debajo de la inflación, que fue de 53,8%, otro abierto desafío a la sugerencia del gobierno nacional de avanzar con la aplicación de sumas fijas para desacelerar la puja salarial hasta tanto se logre aplacar la espiral inflacionaria. Esas expectativas emocionan al borde de la lágrima en una actividad que el semestre pasado sólo utilizó el 20% de la capacidad instalada. No parece grave si los acuerdos trimestrales no se desfasan por sobre la inflación real, pero la jefatura sindical es presionada por la necesidad de sus bases de una recomposición salarial y no cuenta con un ejército disciplinado ni mucho menos.

El gobierno promete que “la suma fija de $ 4.000 en dos tramos junto con los acuerdos paritarios, impulsará un aumento salarial del 9,4% para el primer trimestre de 2020 (en relación a diciembre de 2019). Se estima que la medida por sí sola (sin contar con los aumentos pendientes de las paritarias) incrementará el salario medio en un 5,5 por ciento”. Una compleja contabilidad cuyo resultado solo podrá contrastarse con la realidad contante y sonante de escépticos y crédulos revolcados en el mismo lodo de la desconfianza por la historia inflacionaria reciente.

Dirigentes todoterreno

Pese a la firma a las apuradas del pago del retroactivo del 18,3% de aumento para los choferes de corta y media distancia, la interna en la UTA sigue en un hervor continuo. Su secretario general rechazó el paro general de 24 horas convocado por la oposición en la Capital y el Conurbano, una medida de fuerza que afectó a más de 50 líneas. El ministro Mario Meoni expresó que “no hay una legitimidad en términos legales para el conflicto que se está dando en distintas líneas, y que son solo de una empresa; aunque obviamente impacta sobre muchos ciudadanos y eso es lo que nos preocupa”. El mandamás de la UTA intentó explicar que “las protestas son convocadas en un difícil momento de la vida económica nacional y en el contexto de un gobierno que recién inició su mandato. Trabajo deberá intervenir y aplicar todo el peso de la ley. El gremio ya acordó el aumento y sus fechas. Esta empresa monopólica tiene varias líneas, es dueña de la fábrica de chasis Agrale, tiene su mutual y compañía de seguros, pero le hace falta tener a la UTA para culminar con el combo”, indicó Fernández.

Resulta difícil ver la realidad tras la neblina de los negocios turbios. Si bien la crisis de los trabajadores del transporte es real, Bustinduy arrastra tras de sí todos los vicios de una dirigencia que enoja a sus bases y las ignora. El jefe opositor y aliado de Moyano “juega” con empresas que solo reclaman más subsidios a pesar de las extraordinarias ganancias que acumularon por años, sobre todo el grupo Dota. El ex secretario de Organización de la UTA y otrora ladero de Roberto Fernández fue desplazado de la dirección sindical que hoy critica, y en las líneas donde los delegados le responden tampoco hay democracia sindical ni se respetan las condiciones de trabajo. Fernández y Bustinduy tienen a los trabajadores de rehenes con sus patotas. Una apuesta grande con complicidad del CEO Ángel Faija para asegurarse la disputa por el toco mocho del transporte automotor. “Es una mentira histórica. Los trabajadores perdieron un 50 por ciento del poder adquisitivo salarial y esa pérdida es retroactiva al gobierno del PRO, con el que Fernández fue cómplice”, respondió Miguel Ángel Bustinduy para justificar el sostenimiento de la medida de fuerza, que se cumplió con firmeza.

La toma violenta de la sede del Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación (SOEME), en la Ciudad de Buenos Aires, se hizo costumbre. Palos y capuchas ya son habituales desde que el histórico secretario general de ese gremio, Marcelo Balcedo, fuera detenido en Uruguay después que la justicia federal estableciera que se desviaron unos 500 millones de pesos que correspondían a los aportes de los afiliados, sólo entre 2012 y 2017. Las nuevas autoridades del sindicato asumieron el 29 de noviembre a pesar de que un fallo de la Cámara Nacional del Trabajo resolvió prohibir la asunción de autoridades. La decisión no está firme porque aún hay una apelación. Desde el Ministerio de Trabajo entienden el tema es estrictamente judicial entre dos juzgados que aún dirimen su competencia sobre la intervención en el gremio y las elecciones que se llevaron a cabo.

El trabajo es un derecho

Más de dos mil las fuentes laborales dependen de la continuidad de Vicentin y ante esa situación el cordón industrial del Gran Rosario está en alerta. La CGT San Lorenzo convocó ayer a los intendentes, jefes comunales y al senador departamental para analizar cómo posicionarse ante el anuncio del stress financiero de la compañía y la convocatoria de acreedores, para garantizar la continuidad de las fuentes de trabajo. Según relató La Capital de Rosario, estuvieron los intendentes de San Lorenzo, Leonardo Raimundo; de Capitán Bermúdez, de Fray Luis Beltrán; de Granadero Baigorria, el jefe comunal de Ricardone, Juan Carlos Doria y otras autoridades zonales. «Estamos preocupados. Son mil fuentes laborales directas, pero tenemos que hablar de dos mil entre camioneros, gastronomía, UOCRA, cooperativas, pequeñas y medianas empresas que aportaban sus servicios, y muchos más que dependen directamente de Vicentín. Y hay que multiplicarlo por las familias. Es muy alarmante», sostuvo Pablo Reguera, el titular de Aceiteros San Lorenzo. “Claramente busca descorazonadamente su quiebra, pagar lo menos posibles, desaparecer al igual que el poder económico que representa licuando la suerte de pueblos y ciudades enteras. Un monstruoso capital económico y financiero que no entiende de solidaridad, soberanía y avanza dispuestos a hacer valer sus históricos privilegios, cueste lo que cueste”, señala Norte Obligado, que tituló sabiamente con poder de síntesis: “El Huevo de la Serpiente. La Forestal del Siglo XXI”.

 

 

El reclamo al FMI de la ex Presidenta Cristina Fernández en la presentación de su libro en La Habana puso el dedo en la llaga de la deuda y su negociación. La respuesta de la Directora General Kristalina Georgieva y la interpretación sesgada de los medios locales desnuda los intereses en juego. El país entra en una etapa de definiciones, empezando por la deuda, que marcará un largo período de nuestra historia futura. Son tiempos de unidad movilizada. La marcha al Congreso durante la exposición del ministro Guzmán convocada por las dos CTA y sectores de la CGT  que resistieron junto a las organizaciones sociales, dan el contexto en el que participaremos del futuro que acaba de empezar. En la calle y movilizados.

 

 

 

Fuente: www.elcohetealaluna.com