Fecha: 2023-01-02 23:00:23


"Salta es una de las provincias que mayor fortaleza le dio a la economía del conocimiento"


Entrevista a Roberto Hernández, fundador y CEO de LA.TE. ANDINA SA.

Conocer el tiempo geológico para reducir el riesgo económico de la exploración en la industria del petróleo y gas, en minería y geotermia. Esa es la base del trabajo y el servicio que presta La.Te. Andes S.A., una empresa que nació como una pyme familiar y a mediados de la década pasada se abrió a la inversión estatal para expandir su actividad sin límites espaciales ni temporales. Startup y economía del conocimiento, en ambas categorías está el centro tecnológico que se construyó en la localidad de Vaqueros, único en el país y uno de los pocos a nivel internacional. Roberto Hernández es su presidente. Geólogo de profesión, comenzó a trabajar en la determinación del tiempo geológico a través de su pyme familiar, GeoMap, pero en la década pasada abrió las puertas al Conicet y a los fondos estatales para crear una empresa referente mundial para las mineras y petroleras que exploran las entrañas de la tierra.

¿Cómo fue la evolución de La.Te. Andes SA?

La idea comenzó en 2002 a partir de Geomap, donde gestamos los primeros proyectos. En 2014 nos asociamos con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) para acceder a fondos estatales que nos permitieron incorporar tecnología para modificar nuestra matriz productiva. Esto representó la compra de equipos y la capacitación de profesionales que no había en el país. Compramos la transferencia tecnológica a una empresa de la Universidad de Heidelberg, Alemania. En esa primera fase se puso en producción el laboratorio, y se inició la primera etapa de los programas de calidad para certificación de normas ISO 9001 y el desarrollo de los procesos con un software interno para el seguimiento continuo de procesos de la muestra. En el 2018, ya en la fase 2, se compraron más equipos y conseguimos obtener edad absoluta de cristales desde los 3 millones de años hasta los 3.500 millones de años. Con esto cubrimos un rango muy importante de los procesos geológicos de la Tierra y del universo. Es una cantidad de equipos asociados específicos, únicos en el país y en algunos casos es la única combinación en Sudamérica. Ese año hicimos un convenio con la Comisión Nacional de Energía Atómica y empezamos a desarrollar un equipo que permite definir las orientaciones del norte y del sur para cada momento de la historia geológica a través del magnetismo terrestre. Ese diseño, que obtuvo una nominación en la Asociación de Física Argentina, está en este momento en patentamiento en Europa y seríamos no solo los segundos fabricantes del mundo sino que ya estamos brindando servicios internos con el prototipo desarrollado. Esto se suma a la línea de determinar edades ya no de rocas solamente sino de procesos geológicos, porque nos interesa también son los cambios climáticos a través del tiempo.

¿Qué utilidad tiene la determinación de las edades y de los cambios climáticos?

Lo digo con un ejemplo que está de moda en Salta: el litio. El litio está regido por las condiciones climáticas de los salares, más húmedas o más secas. Entonces es de suma importancia entender la edad de esos cambios para establecer cuáles son los momentos de mayor mineralización del litio en los rellenos de los salares, tanto superficiales como profundos que aún no están siendo explorados pero que serán reservas que a futuro mejorarán la potencialidad de la provincia de Salta, del NOA y del triángulo del litio más Perú. Así, generar el Magnetómetro Criogénico CriAr, así se llama el proceso, nos permite ampliar el conocimiento de estos rellenos de los salares. El volumen de litio en los salares tiene una estructura de migración y de búsqueda similar a determinadas variables con que migra y se establece el petróleo, de modo tal que es una combinación doble el desarrollo de estos equipos: minería y petróleo.

Para la economía de una empresa, ¿qué efectos tiene esta determinación?

En el caso del petróleo, cuando uno hace el proyecto de exploración, al conocer la edad de la relación entre el tiempo del reservorio/ trampa, respecto del momento que se genera y migra el petróleo, se disminuye el porcentual de riesgo de la inversión y así se hacen viables proyectos que no lo eran antes de este conocimiento. En el caso del litio si evaluábamos una reserva de X toneladas de carbonato de litio en los 100 metros superficiales, a través del nuevo conocimiento de la edad de los procesos geológicos de los rellenos más antiguos, se pueden descubrir mayores volúmenes de litio por la comprensión de dónde viene, cómo llega, cómo se acumula y concentra. El conocimiento nos permite aumentar el capital de la empresa minera: donde antes se suponía que había 100 pesos de reserva de litio ahora tengo 1.000 pesos porque encontré más litio, así mi empresa no solo va a potenciar un mayor volumen de inversión para sacar lo que tengo más abajo sino que también se van a incrementar las acciones en las bolsas de valores por la esperanza generada.

¿Cómo es el análisis de las rocas?

Toda roca que tenga cristales de un mineral como el circón, puede ser datada en el laboratorio. Datar la edad de la roca permite entender el momento y el lugar de los procesos geológicos.

Al tener esas edades absolutas, tienen más certeza las definiciones de la geociencia para los mercados y para los trabajos de los científicos, porque nuestro tercer cliente son los científicos que estudian los procesos en la Tierra. Esas muestras pueden ser de un pozo, de un cutting, que es el recorte que se hace en un pozo de petróleo, o también de geología de superficie. Si a esas edades le agregamos el concepto de magnetismo terrestre, de paleomagnetismo, podemos definir muchos niveles con una precisión de 10.000 años. Esto hace que nuestros modelos geológicos exploratorios o científicos sean más sólidos, de menor riesgo, y con ello se transforma algo que era intangible, que es el conocimiento geológico, en una capacidad de inversión en la minería. Eso se llama economía del conocimiento, cuando algo que parece intangible, como un dato, se transforma en un producto tangible, que se aplica en la industria, en este caso la minera y la petrolera. Por eso La.Te. Andes es una de las empresas, la única de Salta, incluida dentro de la ley de economía del conocimiento por investigación, innovación y desarrollo (I+i+D).

¿Qué los hace ser casi únicos, incluso en el mundo?

Es la suma de condiciones tecnológicas que tiene el laboratorio que permite integrar todo en forma privada en un solo lugar. Hay laboratorios de cronología en Canadá, en Australia o en Miami, pero solo hacen determinados ensayos. En nuestro caso hemos tratado de integrar todos los procesos.

¿A qué se refiere con "integrar todo el proceso"?

El análisis de rocas en los laboratorios, comúnmente, no integra diferentes tipos metodológicos para, por ejemplo, dar solución a un problema de la industria. Nosotros hemos integrado varios tipos metodológicos como modelo de negocios para aportar una solución en la incertidumbre esencial de la exploración minera, petrolera y la geociencia. La etapa de concentración mineral, la edad de la temperatura por la cual pasó un cristal, la edad de formación del cristal, o bien la edad del tipo de mineralización asociada a la misma o la distancia a la que puede estar por ejemplo la mayor concentración de oro y el magnetismo de las rocas. Esto es un desarrollo metodológico innovador. El laboratorio desarrolló un equipo, el Magnetómetro Criogénico CriAr, que nos permite definir todo un espectro de análisis asociados a la determinación de edades de los cristales haciendo a La.Te. Andes casi únicos, es un laboratorio que se creó con un criterio de innovación y desarrollo. El laboratorio nunca va a ser estanco en un proceso; de hecho en estos últimos siete años hemos generado cuatro I+D (Investigación + Desarrollo) ya con procesos certificados por calidad para ser comercializados. Todo eso hace que a nivel país como laboratorio privado La.Te. Andes sea único en su rubro, y de hecho nos censan como una industria 4.0. En este momento estamos exportando a 30 países de cinco continentes. Es decir, desde la Argentina, con las capacidades profesionales, con la colaboración del Estado, con la participación y ejecución privada, se pueden ejecutar empresas como La.Te.Andes.

¿No tuvo miedo de asociarse con el Estado?

Sí… (se ríe). Claro que lo tuve. Pero uno tiene que poner en la balanza qué es lo posible en la realidad en la que estamos inmersos. La realidad es que para este tipo de proyectos innovadores es muy difícil tener financiamiento en los tiempos que estas capitalizaciones y puestas en producción requieren. Era factible generar este proyecto por medio de fondos de aceleradoras privadas pero hubiese sido muy difícil, por el nivel de riesgo y la necesidad de ver la idea como estratégica para el país que sí veía el Estado. Sí, tuve miedo, ¡cómo no voy a tenerlo!

¿Cómo fue crecer con La.Te. Andes?

Tuve que capacitarme mucho. No solo en lo técnico sino en la estructura institucional más adecuada. Tuve que aprender de modelos de negocios, de manejo de sistema de capitales, de "capitales ángeles". La dificultad de este aprendizaje la transmito permanentemente. Es fundamental que manejemos nuestro propio sistema para entender cómo los emprendedores pueden crecer.

Muchas veces se asocia "emprender" con algo chico, no a un centro de la magnitud de La.Te. Andes.

Emprender es transformar una idea en un proyecto y el proyecto en un mecanismo productivo sustentable para el bien de la sociedad por medio del mercado. Eso es ser un emprendedor. El tamaño de lo que uno emprende puede ser desde un tipo nuevo de pan o en mi caso, que encontré una necesidad en el mercado minero, petrolero y de geociencias que no tenía solución en el país ni en la región. El espíritu emprendedor fue generar ese nuevo producto por medio de la innovación, generar aprendizaje, buscar asociatividad, que en este caso fue el Conicet, y así se creó una nueva empresa. A su vez, a partir de La.Te se generaron dos empresas potencialmente spin off, una de un aplicativo de software y la otra una fábrica del magnetómetro CriAr que está en patentamiento.

¿Dentro de La.Te?

Hoy por hoy son unidades de negocios de La.Te. Andes, más adelante puede que se desarrollen como parte del grupo o no. Una es el Andino 3D y la otra es CriAr como fábrica de equipos. Pensá que somos una empresa que tiene 15 empleados y tiene una facturación que dista muchísimo de una mediana empresa; es una pequeña empresa y sin embargo los conceptos son los mismos, solo se escalan capital involucrado y la potencialidad de venta a futuro. Quiero que se entienda esto porque pareciera que el emprendedurismo es para quien quiere poner un pequeño negocio, pero el empendedurismo tiene todas las escalas que vos imagines. Lo que hay que ser esencialmente es innovador, tener coraje, buscar las soluciones a los problemas de capital y llegar al último metro de venta.

Como presidente de la Cámara Pyme, ¿cómo ve el emprendedurismo en Salta?

Hay un gran conjunto de emprendedores y nosotros desde la Cámara Pyme los orientamos sobre la importancia de la formalidad. Uno debe empezar o tener como objetivo principal el hecho de ser formal y hacer conocer las ideas que uno tiene. Si no hace conocer las ideas no hay capital que apueste a ese emprendedor y al no tener capital nunca va a poder ejecutar la idea. Entonces lo primero es la formalidad, lo segundo es exponer las ideas a potenciales inversores y lo tercero es construir ejecutivamente el proyecto o el producto que uno tiene como idea. Creo que el país está lleno de oportunidades y si uno ordena el proceso de formalidad, capital y ejecución, puede generar una pyme como La.Te. Andes que hay pocas en el mundo. La clave está en encontrar este orden.

Habla de formalidad en un país con casi el 50% de su economía "en negro"…

Esa es una realidad basada en que "no se puede hacer una empresa con la cantidad de impuestos que hay". Pero tiene un límite y es que no aportar tiene techo de crecimiento, tipo de negocio que podés hacer, tipo de financiamiento al que podés acceder, etc. La informalidad, en general, es un nivel de supervivencia. En la medida que el 50% de la población piense así, no entendimos lo que significa crecer como sociedad. Eso lo mostramos como Cámara, lo tratamos de transmitir en cuanta reunión y capacitación participamos. Del impuesto que se paga lo que tenemos que defender es que se lo invierta como corresponde, que esos impuestos se gasten en las necesidades de desarrollo productivo, de innovación y conocimiento que la sociedad requiere.

¿Cómo diría Ud. que incidió en la comunidad salteña La.Te. Andes?

Fue una idea de base que alimentó el creer en la economía del conocimiento en la provincia. Hoy Salta es una de las provincias que mayor fortaleza le dio a la economía del conocimiento junto con Mendoza y Córdoba. La.Te. Andes es un ejemplo de la economía del conocimiento, es una herramienta que muestra un tipo de crecimiento estratégico y lo vienen diciendo los ministros de Economía, Roberto Dib Ashur y de Educación, Matías Cánepa en forma cotidiana. Incluso El Tribuno a través de "Hablemos de lo que se viene" con presentaciones sobre I+D, el futuro de las pymes y economía del conocimiento. Esta historia es transversal a una conceptualización política. No estoy haciendo propaganda política, sino que es algo que debe ser utilizado como estrategia de Estado para el crecimiento social. Todo esto que está pasando es muy importante y es para levantar la copa a fin de año y brindar.

Fuente: Diario El Tribuno