Fecha: 2023-01-09 13:38:31


Inflación: qué se puede esperar para el primer trimestre


Los especialistas coinciden en que la estacionalidad es favorable en enero y febrero, pero el gran desafío será domar los precios en marzo. El contexto internacional mejora.

El ministro de Economía, Sergio Massa, cerró acuerdos de precios con distintos sectores con la intención de que la inflación continúe desacelerándose luego de haber alcanzado un pico de 7,4 por ciento mensual en octubre. Página/12 consultó a los economistas Nadia Schuffer, Noelia Méndez Santolaria, Matías de Luca y Laura Testa para que den su visión sobre la evolución que podrían registrar los precios en el primer trimestre del año. Desde su punto de vista, la estacionalidad es favorable en enero y febrero, pero el gran desafío será domar los precios en marzo. La situación internacional este año presiona menos.

Nadia Schuffer es economista del Centro Cultural de la Cooperación y sostiene que “la inflación en Europa y particularmente en Estados Unidos, el último mes arrojó datos más bajos a los esperados y esa situación es aliviante para Argentina porque en 2022, además del contexto inflacionario local, absorvimos un importante shock externo”. En febrero del año pasado iniciaba la guerra entre Rusia y Ucrania y los precios de las materias primas, en especial el trigo y la energía, se disparaban hasta niveles récord en décadas. Argentina pagó más caro el gas y GNL que importa, al tiempo que demoró desarmar el esquema de subsidios para evitar mayor traslado a la inflación local. También sufrió el impacto del encarecimiento de los fertilizantes provenientes en gran medida de Rusia.

Para Noelia Méndez Santolaria, del colectivo de economistas feministas Paridad en la Macro, un aspecto distintivo del primer trimestre de 2023 serán los aumentos pautados en torno al 4 por ciento mensual, entre los que destaca la suba de los combustibles, “uno de los rubros de mayor peso en la canta básica de los argentinos”. También remarca que otros precios regulados como “los servicios de luz, gas, transporte, el monotributo y la medicina prepaga subirán en una proporción marcadamente más alta” y agrega que esos aumentos “tocan rubros sensibles para los bolsillos de la población y los mecanismos previstos para amortiguar su impacto sobre quienes menos tienen no parece alcanzarlos plenamente”.

En ese sentido, la economista mencionó las subas en las prepagas que contemplan diferencias de ingresos entre los usuarios: para quienes cobren menos de seis salarios mínimos el aumento tendrá un tope equivalente al 90 por ciento del RIPTE, es decir, será del 4,9 en vez del 8,2 por ciento mensual en febrero. Méndez Santolaria señaló que “para solicitar ese beneficio aparecen algunas barreras que pueden limitar su impacto efectivo, al igual que ocurrió con la reasignación de subsidios en las tarifas de luz y de gas, que al no ser automático, no alcanzó a todos quienes se ubicaban por debajo de determinado umbral”. Puede suceder algo similar con los clientes de las prepagas que mes a mes deberán informar su condición ante la Superintendencia de Servicios de Salud.

En enero la medicina prepaga subirá 6,9 por ciento y en febrero 8,21 o 4,9 por ciento, según cómo se computen las declaraciones de los usuarios. También subirá 40 por ciento la tarifa de gas para los usuarios de mayores ingresos o que hayan rechazado el subsidio. En el bimestre febrero-marzo subirá otro 40 por ciento la tarifa de la energía eléctrica a quienes se les haya retirado el aporte estatal. Los topes y cuotas del monotributo subirán 72,6 por ciento desde 2023. A su vez, los pasajes de colectivo y trenes en AMBA aumentaron 40 por ciento en enero y el subte aumentará 38 por ciento a partir de marzo. Todos aumentos que superan ampliamente la pauta del 4 por ciento mensual sugerida por el gobierno. Combustibles, alimentos, insumos básicos y otros productos seguirán la pauta.

Matías de Luca, economista de la consultora LCG, aseguró que “enero y febrero suelen ser meses donde la inflación cede: estacionalmente la demanda de pesos aumenta porque la gente se queda con el dinero 'por las dudas', especialmente por turismo”. Aventuró que posiblemente “en enero y febrero el aumento del IPC se ubique levemente por debajo del 5,5 por ciento mensual”. A su vez, enfatizó en la desaceleración del precio de la comida durante diciembre, si bien la adjudicó en menor medida a la eficacia del programa Precios Justos e indicó que “en gran magnitud deriva del bajo aumento que está teniendo la carne. La dinámica de los alimentos a futuro dependerá en buena medida de cómo evolucione eso”.

Por último, Laura Testa, economista de Paridad en la Macro, enfatizó “la importancia de las expectativas en un contexto de inflación fuertemente inercial, como la del año 2022”. Para la jóven economista “las expectativas y el cumplimiento de las mismas asociado a la figura política del superministro Massa: a los aliados que tiene en el mundo de la política y del poder económico, con los que claramente no contaba el anterior ministro, fueron un factor clave para calmar la dinámica de precios hacia fines de año”. Esto no resuelve el problema, según Testa, pero “ayuda en el objetivo del gobierno que es bajar la inflación en torno a 60 por ciento en 2023”.

Fuente: Pagina 12