Fecha: 2018-10-15 01:19:46


El Rosario, siguiendo las meditaciones del Cardenal Karlic


Como todos los años, para la Iglesia octubre es el mes del Rosario. Sin embargo, este año se presenta especial por el pedido del Papa Francisco que invitó a los fieles a rezar el Rosario todos los días del mes mariano de octubre, pidiendo la intercesión de la Virgen María y San Miguel Arcángel para que protejan la Iglesia del demonio...

Como todos los años, para la Iglesia octubre es el mes del Rosario. Sin embargo, este año se presenta especial por el pedido del Papa Francisco que invitó a los fieles a rezar el Rosario todos los días del mes mariano de octubre, pidiendo la intercesión de la Virgen María y San Miguel Arcángel para que protejan la Iglesia del demonio en estos tiempos de crisis. Según explica la agencia ACIPRENSA, en un comunicado emitido por la Santa Sede este 29 de septiembre de 2018, se expresa el pedido del Pontífice para que todo el pueblo de Dios se una “en comunión y penitencia” y rece por protección ante las acechanzas del maligno, “que siempre pretende separarnos de Dios y entre nosotros”.

Como aporte para que podamos cumplir con mayores frutos este propósito, vale la pena compartir una pequeña obra del Cardenal Estanislao Karlic con meditaciones del Rosario. Publicada en Paraná en 2015 por “Dos abrazos” (Judith Anabel Trembecki), con prólogo del Arzobispo, Juan Alberto Puiggari, el libro está acompañado por significativas ilustraciones de Jean-Marie Pirot, conocido como Arcabas, un artista francés de arte sagrado contemporáneo.

El libro se estructura en dos partes. La primera contiene las meditaciones de los misterios (gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos) y la segunda contiene reflexiones complementarias sobre los mismos misterios. En la primera parte, cada misterio está presentado a través de un pasaje bíblico inicial (Dios nos habla), una meditación escrita por el Cardenal (Nos dice) y una breve oración final (Oremos).

En las meditaciones, el Cardenal Karlic deja entrever su profunda espiritualidad y comprensión del misterio de amor de Dios revelado en Jesucristo y que se nos hace cercano por la intercesión de María. También nos invita a descubrirnos Iglesia. Ello no es tanto una pertenencia jurídica, cuanto una experiencia existencial y mística, de hondas consecuencias para la vida personal y comunitaria: “esta vida de Cristo y este amor que el Espíritu infunde en nuestro corazón es lo que nos hace ser y vivir como Cuerpo Místico, como Iglesia que -como dice San Cipriano- es ‘una multitud reunida por la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo’ (LG $), es la Trinidad que reúne a los hombres en Ella. Es como si la Trinidad se extendiera, dicen los antiguos, porque el Unigénito se hace Primogénito de muchos hermanos” (p. 143).

El Cardenal nos va acompañando en cada misterio de la mano de María, que nos conduce a Jesús, y en Jesús por la obra del Espíritu, nos ofrecemos al Padre. Se trata de meditaciones breves y llenas de una espiritualidad de comunión que nos ofrece consuelo, esperanza y estímulo para amar a Dios y a los hermanos.

Sobresale la vivencia eucarística del Cardenal, que nos adentra en el misterio supremo de amor de Jesús: “la celebración eucarística nos incorpora al dinamismo del amor oblativo de Cristo en la cruz” (p. 127).

Como dice Mons. Puiggari en el prólogo, “en nuestra vida se entretejen los momentos de dolor y de alegría, como se entretejieron los misterios de gozo y de dolor en la vida del Señor Jesús y de la Virgen. Dios quiera que estas páginas, que fueron maduradas en el corazón del Cardenal, las sepamos recibir con un corazón dispuesto y nos ayuden a ser fieles al Señor”.

Fuente: Parte de Prensa