Fecha: 2018-11-12 00:59:14


Dante Sica escapa de 1984 en el DeLorean


El funcionario está convirtiendo al Ministerio de Producción en el orwelliano Ministerio de la Abundancia

En esta nota te voy a explicar cómo el clásico de George Orwell parece nunca quedar obsoleto por estas latitudes. Comencemos... 

El Ministerio de la Abundancia de Peronia
En términos generales, se podría decir existen dos tipos de ficción. Por un lado existen las historias utópicas donde se “pinta” un futuro de manera optimista, o sea, un futuro mejor. 

Por el contrario, también existen historias distópicas, donde todo es gris y reina el caos. Un ejemplo de historia de ficción distópica es la película Matrix, pero también la novela de George Orwell titulada “1984”. 

Concretamente, en este clásico de la literatura mundial, Orwell retrata de manera ácida una sociedad que ha sido fagocitada por el socialismo; una sociedad que sufrió y continúa sufriendo un paulatino proceso de degradación, no sólo en términos económicos, sino también a nivel cultural. 

De hecho, el mensaje central es que, en última instancia, el socialismo/comunismo lo que termina por degradar es al ser humano en todas sus dimensiones, dado que no solo lo empuja a una miseria económica, sino que su espíritu y sus capacidades terminan por sucumbir. 

Uno de los infinitos guiños del autor para mostrar esto está dado por cómo, en la historia, los líderes socialistas renombran a los ministerios. 

En concreto, a los fines de esta nota, vamos a poner el foco en el Ministerio de la Abundancia. 

En la historia, el Ministerio de la Abundancia se corresponde con lo que sería el Ministerio de Hacienda o de Economía de nuestra sociedad actual; también análogo al Gosplan, aquel organismo ruso que se ocupaba de la planificación centralizada de la economía soviética. 

O sea, el Ministerio de la Abundancia era el organismo desde el cual se comandaba la economía, racionando la comida, víveres y demás ítems, en un contexto donde no tenían el control de los medios de producción. 

Claramente, en un contexto donde la escasez es la regla, resulta irónico que dicho ministerio se titule de “Abundancia”. El punto de contacto de la historia con nuestro caso es a través del nefasto personaje de Dante Sica.

Fuente: Contraeconomía