Fecha: 2019-03-11 01:50:00


Para bajar la pobreza: Libre Comercio


Los estudios empíricos comprueban que comerciar es bueno para los más pobres.

En el año 1990, 1.900 millones de personas en el mundo vivían en lo que el Banco Mundial considera “extrema pobreza”. Es decir, sobrevivían con el equivalente a USD 1,9 por día. De acuerdo con los últimos datos, ese número cayó a 734 millones, con una población total que pasó de 5.300 a 7.300 millones. 

Es decir que, en términos absolutos, 1.166 personas dejaron de ser pobres. Y, en términos relativos, la pobreza extrema pasó de representar el 36% al 10% del total de la población. En paralelo con esta fantástica mejora de la situación de la humanidad, el comercio internacional vivió un período de auge. 

En 1990, solo 50 tratados de libre comercio se habían firmado en el globo. Hoy son más de 280. Por otro lado, en su momento el comercio global solo representaba el 38% del PBI, mientras que hoy ese dato asciende al 71%. 

¿Habrá alguna relación entre una cosa y la otra? ¿Será que el comercio libre reduce la pobreza? 

Lecciones para ArgentinaSi abrir el comercio y tener estabilidad macroeconómica ayudan a reducir la pobreza hay que decir que Argentina está muy mal posicionada. 

En términos de estabilidad, en los últimos 10 años tuvimos 5 recesiones, y la tasa de inflación nunca bajó de los dos dígitos. 

Y en términos de apertura comercial, a pesar del llanto de los industriales, ningún tratado de libre comercio se ha firmado en los últimos 20 años.Por otro lado, no se modificó casi en nada nuestra estructura arancelaria, y apenas si se ha visto una normalización en términos de Licencias No Automáticas. 

De hecho, mientras en el mundo el ratio Comercio / PBI pasó de 51% a 72% entre 2003 y 2017, en Argentina éste cayó de 40% a 25%. 

El nuevo gobierno que asuma en 2020 debería anoticiarse de estos hallazgos. Para reducir la pobreza, es primordial estabilizar la economía, pero igual de importante es abrirla drásticamente. 

La globalización es la salida. 

Fuente: Contraeconomía