Fecha: 2019-04-22 03:25:45


Macristina


Hace casi 1 año y medio te anticipé que Cambiemos había terminado de kirchnerizarse en esta nota. Tan solo un par de meses después, en parte por esto mismo, se desató un vendaval inflacionario que terminó licuando los ahorros y los salarios de los argentinos de manera salvaje.

Hoy, tiempo después de sucedidos aquellos eventos, hemos sido testigos de otra lamentable sucesión de desaciertos por parte del oficialismo. Una serie de errores tanto o más relevantes que los de fines de 2017. 

En esta nota te voy a contar por qué deberíamos estar preocupados. 



Sandleris ya no puede disfrazar su fracaso 

Hace poco más de 6 meses, Guido Sandleris, por aquel entonces flamante presidente del BCRA, lanzaba su polémico plan monetario de “cero emisión” y sus famosas “bandas de flotación cambiaria”. Esto significaba que la base monetaria se iba a mantener constante (digamos, la cantidad de dinero que llega a la calle) a fin de controlar las crecientes presiones inflacionarias. 

Varios meses después y en función de los últimos datos de inflación (que han sido absolutamente lamentables, ya que se perfilan a superar todos los registros de la historia reciente del país), Sandleris ajustó por enésima vez su esquema de no-flotación cambiaria. 

Recordemos que hasta la semana pasada, la “Zona de No Intervención” (ZNI) se movía todos los meses al alza. Justamente, porque la inflación es positiva y había que ajustarla. 

Ahora, con el objetivo de “pisar” el tipo de cambio antes de las elecciones para minimizar el impacto inflacionario a cualquier costo, el BCRA ha congelado las bandas cambiarias hasta fin de año. 

Para que quede más claro: La inflación de marzo, que alcanzó el 4,7% mensual, ha disparado los niveles de inflación al 55% interanual, la cifra más alta desde 1991. De hecho, a este ritmo no debería sorprender a nadie supere el 60% interanual en breve

O sea, la inflación, lejos de desacelerarse, no para de subir. Incluso a pesar del “Plan doble 0” (0 emisión, 0 déficit) del oficialismo

Por este motivo, el BCRA ha decidido quemar todas las naves, reconociendo que va a recurrir de manera vil a atrasar el tipo de cambio con tal de llegar a las urnas de la forma “menos peor”. Una estrategia netamente populista, típica del PJ. 

Concretamente, desde ahora y hasta fin de año, la "zona de no intervención" se moverá dentro de un piso de $ 39,75 y un techo de $ 51,45. Esto claramente resulta altamente perjudicial, al menos por dos motivos: 

1. Termina de sepultar lo poco que le quedaba de reputación al BCRA

Dado que este es el enésimo cambio del esquema monetario-cambiario en los últimos seis meses (en serio, ya perdí la cuenta de las veces que ajustaron las bandas). 

Lo cierto es que ya resulta evidente de una manera vil que no son más que improvisadores seriales, que no pueden mantener su postura ni siquiera por un par de semanas. 

Eso, sumado al colapso de nuestra moneda, ha terminado de dinamitar cualquier credibilidad que pudo haber tenido este personaje (con “personaje” me refiero a Sandleris). 

2. Por si fuera poco, esto implica comprar un problemón para el que venga en 2020

Dado que la inflación mensual ya promedia el 4% mensual, lo cierto es que, al congelar las bandas cambiarias, tendremos un atraso cambiario fenomenal de aquí hasta fin de año. O sea, una de las pocas cosas positivas que teníamos para 2020 ya no será tal dado que el BCRA está dispuesto a romper todavía más los fundamentos macroeconómicos con tal de que la inflación sea al menos un par de puntos básicos más baja. Algo nefasto en relación al mandatario que venga, pero también para con la gente. Esto lo digo porque, en última instancia, el ciudadano promedio es el que sufrirá las consecuencias de este innecesario atraso cambiario inducido por motivos netamente políticos.

Eso no es todo, amigos… 

Al nefasto parche del BCRA (algo digno de un tipo como Machinea), se le suma el plan de Hacienda. Otro plan digno de un personaje como Kicillof. 

Sí, esta gente parece tomar lo peor de los peores exponentes de nuestra historia. 

El oficialismo anunció un “plan anticrisis”. Un caricaturezco paquete de medidas para intentar paliar la crisis. 

Según Estatua Dujovne, el mismo tendría un costo fiscal de ARS 9000 millones, y consisitiría en lo siguiente: 

I. Acuerdos de precios para congelar el precio de 60 productos de la canasta básica: una medida populista nefasta a la cual los supermercados y productos ya se le han adelantado e impulsaron aumentos antes de su implementación. 

El invento ha reventado al inventor por enésima vez, parece. 

II. Descuentos de entre 10% y 25% para los 18 beneficiarios de ANSES en supermercados, locales de ropa, etc. Una medida también con alto contenido populista, que apunta a seguir destruyendo al ya híper-quebrado ANSES. Kicillof estaría orgulloso de impulsar algo como esto. Keynesianismo del más barato. 

III. Créditos renovados financiados por ANSES: otra vez, lo mismo. 

IV. Descuentos de hasta 70% en medicamentos para beneficiarios de la AUH 

V. Acuerdos con frigoríficos para que vendan 120.000 kilos semanales de asado, vacío y matambre a $150 finales. O sea, quieren determinar precios y cantidades de manera simultánea. Una medida destinada a fracasar desde el vamos. 

VI. Suspensión de los aumentos tarifarios (luz, gas, transporte público) hasta fin de año. De nuevo, más déficit fiscal para el que venga, sobre todo porque el atraso será elevado dado que la alta inflación amplifica el asunto.

A estas medidas se le suman otro cúmulo de anuncios con el mismo espíritu: tirar como se pueda hasta fin de año

La semana pasada te adelanté que estábamos en medio de un “Plan primavera doble cero”, algo similar al original “Plan primavera” de Machinea, Surrouille y compañía, que fue diseñado para aguantar hasta las elecciones como sea. Pero fracasó y encaminó al país hacia la peor hiperinflación en su historia. 

El gobierno parece estar redoblando la apuesta semana a semana e incrementa exponencialmente las chances de ocurrencia de dicho escenario de mega-crisis. 

Einstein en algún momento dijo que existirían sólo dos cosas “infinitas”: el universo y la estupidez humana, y que incluso, no estaba tan seguro de la primera. 

En Peronia parece tenemos un conjunto de individuos que confirmaría esta teoría.

Fuente: Contraeconomía