Fue a un boliche en Salta, le dieron una paliza fatal y murió: le echaron al culpa al alcohol

Misterio, mentiras e impunidad. Estos condimentos marcaron el crimen de Andrés Bautista, un salteño de 49 años, que murió dos semanas después de haber recibido una feroz paliza que destrozó su cuerpo, en diciembre de 1990. La primera versión fue que se había emborrachado tanto que convulsionó, y, en la caída al suelo desde una mesa, se golpeó. Esto quedó descartado con el informe médico.

La muerte de Bautista se registró en el acta de defunción firmada el 8 de enero de 1991. Fue en el hospital San Bernardo donde la víctima dejó de existir. Los médicos confirmaron que su cuerpo había sufrido hematomas en el cráneo, fractura de al menos tres costillas y perforación en uno de sus pulmones. Nada pudo hacerse para evitar su deceso.

La causa podría haber quedado en un simple accidente, producto del alcoholismo crónico que sufría el difunto, pero las sospechas de su hermana y los datos que recavó hicieron que el panorama cambiara rápidamente.

En un principio, el hecho fue caratulado como "lesiones", pero luego cambió a homicidio, según detallaron los medios en ese entonces. La causa quedó en manos del juez Ricardo Anuch.

Lo que se supo es que Bautista vivía -literalmente- en el boliche Disco Club (que no es el que funcionó hasta hace poco en avenida Tavella). Dentro de ese local bailable es que habría ocurrido el brutal ataque, según publicó diario El Tribuno.

Por el caso hubo detenidos, pero no se conocen -al menos de forma pública- si hubo condenas.