Sonríe, los mercados te aman

El discurso oficial añade que la diferencia en favor de Alberto y Cristina se achicará o desaparecerá en la primera vuelta de octubre y se invertirá en el balotaje. Esa será la lectura de la prensa comercial, dentro y fuera del país, condición indispensable para que el retiro de los inversores externos de sus colocaciones en pesos, no se generalice a los locales y permita mantener la pax cambiaria conseguida a costa de las reservas, que transfiere el problema al próximo gobierno.

Ante las fundadas denuncias, desde el gobierno se respondió pidiendo un acto de fe en la supuesta transparencia que tendría el escrutinio y con afirmaciones sobre celeridad y precio de la contratación, que no forman parte del debate. Rápido y barato pero engañoso no es la mejor ecuación.

Un Poder Ejecutivo que ha mentido en todo,

• que bajó la inflación al doble,
• que subió la inversión a la mitad,
• que prometió que ningún trabajador pagaría impuesto  a las ganancias y lo  extendió a quienes nunca habían sido alcanzados por él,
• que promulgó una ley para que su hermano, su suegra, sus cuñadas y sus socios y testaferros blanquearan dinero malhabido,
• que simuló vender la empresa constructora familiar para seguir ganando licitaciones,
• que pregona transparencia y calidad institucional mientras aprieta a jueces y periodistas,
• que incrementó la pobreza que había prometido reducir,
• que construye rutas y cloacas imaginarias,
• que acudió a un batallón de bots y trolls con consignas disparatadas para que el presidente fuera Trending Topic en Twiter,

¿por qué no mentiría en aquello que le permita estirar la ilusión de su supervivencia?

Ninguno de los datos oficiales que se difundan esta noche tendrá valor. Sólo es confiable el escrutinio definitivo, a cargo de la justicia electoral, que se conocerá en dos o tres semanas y que no gozará de la misma amplia difusión de los próximos días para el dibujo oficial.

Quien quiera oír que oiga.