Mucho que agradecer y mucho para reflexionar

Esta pandemia fue un duro golpe para miles de familias que perdieron sus seres queridos y para la humanidad en su conjunto, que dejó en evidencia la fragilidad de los sistemas de salud, la falta de solidaridad, de responsabilidad social y de conciencia individual, dejando a la vista nuestras falencias y vulnerabilidades como seres humanos. Pero fueron ellos, los médicos, nuestra esperanza en medio del caos, los que arriesgaron su vida para salvar la nuestra. 

Quienes conformamos la Asociación de Clínicas y Sanatorios Privados de Salta ratificamos nuestro compromiso de seguir aunando esfuerzos para dignificar el trabajo de los profesionales de la salud y salir de esta crisis sin precedentes. Cada pérdida sufrida en nuestras instituciones significó un shock difícil de sobrellevar, tratando de mantener a flote al resto del personal que desmoralizado y agotado sentía que no podía seguir, pero las fuerzas salieron de lo más profundo al ver que las personas los necesitaban en medio de la angustia y la desesperación. 

Consideramos que en este Día del Médico hay poco que festejar y mucho para reflexionar, porque nos sentimos en deuda con los profesionales que por vocación y dejando de lado muchas veces sus intereses personales, se brindan generosamente y dejan su vida en el servicio a los demás.